martes, 31 de julio de 2018

NOCHE DEL CASTILLO: ERA DE EL PÉREZ.





Era de El Pérez, Noche del Castillo, esplendor en el cielo de Sangonera:
Decían los viejos: ¡Cuidao! ¡Qué locura!
Las señoras: ¡Temeridad! ¡No os acerquéis tanto!
Los jóvenes: ¡Qué maravilla!
Las Chicas: ¡Cuántas emociones! ¡Qué bonito!

Años sesenta. Tórrida Noche del Castillo, en este, nuestro querido pueblo de Sangonera La Verde. Lugar: La espaciosa Era de Juan El Pérez. Asistentes: Cientos de vecinos de la localidad, y no menos, venidos de Murcia y sus pueblos. La fama de nuestro histórico Castillo, despierta la curiosidad y buen gusto, de la buena gente de nuestra Murcia, bien recibida, siempre, por la sincera hospitalidad, de esta bendita tierra de nuestros amores.

Noche del Castillo, resplandeciente; sueños vivos en los generosos corazones, gran traca luminosa de más de doscientos metros, lanzamientos coordinados de una amplia gama y espectaculares figuras pirotécnicas, del afamado Sr. Cañete, que iluminaron nuestro cielo, convirtiendo la noche en día, para asombro y alborozo de todos. Una madrugada, inolvidable, única, que acrecentó, si posible fuera, la fama de nuestra Noche del Castillo, en Murcia y su Comarca.


Fuegos y cohetería, lanzados fueron al cielo,
iluminando tu singular, bella y juvenil cara;
descubriendo tus facciones, casi inmaculadas,
aquella dulce nobleza, que tu rostro reflejaba.

Aquel contar las estrellas, desde tus pupilas claras,
que brillaban, cual luceros, cuando me besabas;
Era de El Pérez, hermosa Noche del Castillo,
flores, perfumes, juventud, amores y baladas.

Corazones peregrinos, dulzura, inocencia sana,
niña de ojos rasgados, morena, sangonga de raza;
la de mis noches en vela,hasta nacer la alborada,
protegida de mis ardores, por nuestra Madre amada,
Señora y Reina de Los Ángeles, Patrona inmaculada.

Año 2.018. Noche del Castillo. Sangonera entera. ¡Noche y Día!
Otra madrugada. Tradiciones y costumbres. Se repite la historia.
Siempre habrá quien cante, las glorias de Nuestra Patrona, que
desde el Siglo XVI, protege a su pueblo amado, Reina y Señora,
de generaciones enteras, orgullo eres de España, Murcia...........
Y......¡S A N G O N E R A!

viernes, 27 de julio de 2018

ADIÓS A EL PALMAR, JALÓN GLORIOSO DE SU VIDA SACERDOTAL

La Parroquia principal de Hellín estaba regìda por Don Eduardo Rodriguez, que la deja vacante y causa baja, al incorporarse a la Compañía de Jesús.

Así nos lo relata el propio Padre Rodriguez: "Al tener que realizar mi vocación en la Compañia el Sr. Obispo, Don Miguel de los Santos Dìaz y Gómara, se dignó preguntarme, quién entendía yo, podría sucederme en la Parroquia de Hellín. Le dí el nombre del virtuosísimo D.FORTUNATO, que también él, consideró apropiadísimo , y me encargó que yo mismo se lo propusiese. Al decírselo, en su despacho, pensando que le brinda un honor o ascenso, me dijo que no; que estaba contentísimo en su querido Palmar, y consideraba Hellín demasiado importante para él. Así pensaba humildemente de sí, y así amaba entrañablemente a El Palmar. Pero cuando le dije que le llevaba, no el mandato, pero sí la expresión de la voluntad del Sr. Obispo, enseguida añadió: Siendo así, que no me ofrece un honor para mí, sino la voluntad de mi Prelado, desde este momento, acepto".

Y Dios así le premió su obediencia... A DON FORTUNATO, no le quedaba sino despedirse del pueblo amado:

"¡Fieles todos de El Palmar! Recibid el saludo cordial de despedida que os dirige el que hasta ahora, ha sido vuestro cura. Vuestro, porque para serviros, he vivido entre vosotros; y vuestro, además porque con atenciones y bondades sin cuento, ganasteis mi corazón.

Dios sabe que no miento, cuando lo pongo por testigo del cariño que os tuve siempre en Nuestro Señor Jesucristo. Si ahora tengo que alejarme de vuestro lado, no es la propia voluntad lo que me lleva, sino la mano de Dios, que señala otro sendero que no se puede rehusar, sin traicionar la conciencia.

Al tener, pues, que ausentarme y despedirme de vosotros, no acierto a pronunciar más que la palabra gratitud. Me voy de esta Parroquia, sin haber recibido en ella, ni la más pequeña descortesía, ni aún de parte de aquellos que más separados estaban de la Iglesia, por ideologías políticas o sociales.

Por el contrario, qué grato es recordar la prontitud, la delicadeza y la generosidad con que respondísteis siempre a los llamamientos de vuestro cura, en tantas ocasiones o empresas, que culminaron en la formación de la Junta Parroquial, para sostener el culto, con mayor esplendidez y solemnidad, que cuando se contaba con la subvención del Estado.

¡Que Dios os lo pague y que conste aquí, pública y solemnemente el testimonio de mi gratitud perenne! En mi haber no tengo más que la aparición continua y suprema de mi alma, de ser útil a mis feligreses y hacerme digno de su amistad y del ministerio sagrado que a favor suyo me encomendó.

Si alguna vez, tuve que dar una negativa o causar alguna molestia, no fue jamás impulsado por egoísmos ni rencores, sino por imperativos de la conciencia y el deber.

Aunque lejos, seguiré haciendo míos, vuestros pesares y vuestras alegrías, y con el espìritu y con el afecto, estaré siempre aquí, donde dejo tantas amistades y deudas de gratitud, y donde tengo además, a mi madre muerta, porque así quiso Dios asociar en mi alma, su cariño con vuestro recuerdo.

¡Adios! Vosotros que siempre fuisteis conmigo, indulgentes y generosos, sabréis ahora perdonar esta manera de despedida, porque de hacerlo personal y solemnemente, mis energías físicas no podrían soportar tanta emoción.

¡Adios! Que la bondad divina os proteja siempre, y que la Virgen Inmaculada, vuestra excelsa Patrona, os siga prodigando, sin término, sus bendiciones para aumento de la fe, la honradez, la laboriosidad, la paz y la prosperidad de todos los hijos y de todos los habitantes de este querido Palmar, y muy singularmente de los que, hasta ahora, fuisteis mis buenos y amados feligreses".

Fortunato Arias. 22-IX-1935

El Palmar quedaba como un jalón glorioso de su vida intensamente sacerdotal.


martes, 24 de julio de 2018

BEATO FORTUNATO ARIAS


BEATO FORTUNATO ARIAS - PRIMERA PARTE.

El Municipio de Murcia, nos ofrece un panorama realmente extraordinario, que comprende en su interior, idílicos paisajes, que Se manifiestan en toda su fastuosa belleza. Este es el caso de El Palmar, un enclave que atesora historia y tradiciones murcianas, y que está situado en un lugar realmente privilegiado, entre el monte y la Vega, Sierra y huerta, un verdadero ecotono.

La franja de terreno de la que forma parte, constituye el núcleo histórico más digno de interés de la amplia Vega Murciana. En el Siglo XIV, se incluyó como Villa en el censo de la Corona de Castilla. Residían entonces en este lugar treinta vecinos, que se dedicaban a la ganadería y la agricultura, en una zona que dio en llamarse en el Siglo XVIII, como Lugar de Don Juan.
         
A comienzos del Siglo XX, fue El Palmar, un auténtico emporio de riqueza y de trabajo, debido a la industria floreciente que se asentó en la Villa. Sin embargo, los humos de sus altas chimeneas, jamás impidieron mirar al Cielo, a los católicos palmareños, a lo que contribuyó decisívamente, la estancia en su Parroquia de la Purísima, de un sacerdote excepcional: Don FORTUNATO ARIAS SÁNCHEZ, a quien por su celo pastoral y vida sacerdotal íntegra, se le rodeó de una aureola de santidad y de popularidad, cuya estela, se ha ido transmitiendo de generación en generación, hasta culminar con su celebrada y reciente Beatificación, y su inminente Canonización.

Tal es así, que a la Calle que lleva su nombre, FORTUNATO  ARIAS SÁNCHEZ, no se le ha añadido lo de BEATO, esperando su próxima canonización, para nominar su calle, de manera definitiva.

DON FORTUNATO, toma posesión de la Parroquia de La Purísima de El Palmar, en el mes de Enero del año 1926. El hoy BEATO, irá desde este momento, unido al nombre de El Palmar. Y pasados los años, una aureola de gloria, rodeará la figura Santa del buen Párroco, y será motivo de júbilo para esta Villa. Un sacerdote que con su ejemplar presencia, iba a inflamar la devoción de los fieles, avivando su fe, arraigando en los corazones de los palmareños, la virtud de la CARIDAD, indicándole la observancia de la Ley de Dios, con irresistible fuerza y suavidad. "Sed imitadores míos, como yo soy de Dios".

De padres a hijos, ha trascendido en El Palmar, el sermón de entrada del BEATO FORTUNATO, en el que expuso los deberes del Buen Pastor, su plena confianza en los que, desde ese día, iban a ser sus feligreses; que estaba allí para visitar al enfermo, consolar al afligido, socorrer al pobre y desvalido, administrar los Sacramentos... Y esto, en todo tiempo; de noche y de día, así en los calores del verano, como en el frío invierno.

Que les rogaba que le llamasen cuando les pareciera necesario, sin temor a importunarle, pues tendría a gran dicha, el sacrificar por ellos, el descanso, la salud, y la vida misma. Les dio a entender que pretendía ser padre universal de todos, pobres o ricos, de cualquier ideología política... Prometiendo encomendar a Dios a todos.

"Niños, rogad por mí, ¡Son tan gratas al Cielo vuestras oraciones puras! Rogad por mí, amados jóvenes, pues os llevo grabados en mi corazón. Rogad por mí, padres de familia, pues vengo a compartir con vosotros, el trascendental peso de la educación de vuestros hijos. Rogad por mí, venerables personas mayores, a quienes debemos honrar, respetar y atender, en todo cuanto precisen..."

Pronto se granjeó, DON FORTUNATO, el afecto y admiración de sus feligreses, hasta lograr que una Iglesia tan espaciosa como la de La Purísima de El Palmar, se quedase pequeña. Sonreía el santo sacerdote a la vida, al jardín del mundo, porque el buen cristiano ve a Dios en todas las cosas, y a todas las cosas en Dios. De este modo, sonriendo, manifestaba su amor. Y era tan cordial su sonrisa, tan sincera, que como arma de divino apostolado le servía. Decía de él, DON JOSÉ LUJÁN: "Lo extraordinario de aquel santo sacerdote era su sonrisa, que daba un tono tal a su persona, que, sin poderlo remediar, al mirarle, veías en él, al mismo Cristo..."

Siempre come acompañado... Después se retira a descansar, por imposición del Doctor Espinosa. Pasados diez minutos, abre la ventana del dormitorio. Son las 15 horas menos cinco minutos, y tiene que llegar a coger el coche de línea de su buen amigo, Fulgencio El Rayo. "Adiós, Quica. Me voy a Murcia. No quiero que El Rayo me regañe. Si viene alguien, ya sabes que a las cuatro y veinte, estaré de vuelta". La Quica, se queda pensando: "Si este cura es un relámpago..."

A la hora señalada, se le ve llegar, con su manteo envolviendo infinidad de paquetes y cajas, con una sonrisa, con paso largo y apresurado. Sobre la mesa deja caer, cuantas baratijas y juguetes, trae para los niños de la Catequesis.
         
Y es que DON FORTUNATO, tuvo la inteligencia hecha de luz humana y claridad divina; de fuego y pureza, el corazón; de transparente sencillez, su conciencia; y de acero, la firmeza de su voluntad. Andaluz, por su origen y por su jovialidad. Para él, la belleza de la vida, cristianamente arrastrada, vale la pena vivirla. Donde él habita, la tristeza se marcha. Convertía su alegría en moneda conquistadora de reinos celestiales. Hizo suyo el lema de San Pablo: "Hecho todo para todos, para salvarlos a todos".

La inquietud evangélica del Reino de Dios, que estremece y quema, que crece y fermenta, que empuja y levanta, fue el nervio espinal de su existencia ministerial.

Mientras DON FORTUNATO estuvo en El Palmar, las puertas de la casa rectoral, siempre abiertas. Día y noche, para recibir a cualquier feligrés o visitante. Él tomaba el dolor de los hombres entre sus manos, para llevarlo al corazón de Dios. Hontanar profundo el de su alma para la gracia. Siempre sacerdote. Austero y humilde en extremo vivió en absoluta pobreza. Buen servidor del Ministerio parroquial, pasó los nueve años de su fructífera estancia, en su tan querido pueblo de El Palmar, en permanente e incansable actividad. Predicador incesante de la CARIDAD, buscó la pacificación de los odios y el acercamiento a los más apartados de la Iglesia.

DON FORTUNATO era hombre de grandes ideales, de convicciones firmes sobre su conciencia, responsabilidad y deber, de amor sincero a su pueblo de El Palmar. Pero... Jesús le preparaba, el modo en que había de glorificar a Dios. Y el Espíritu le empujó... ¡al lugar de su martirio!

domingo, 15 de julio de 2018

REINA Y SEÑORA DE SANGONERA




               

                                                                                             
REINA Y SEÑORA

La Reina de los Angeles y Sangonera. Emotivo recuerdo para aquellos franciscanos, que venidos de Italia, misionaron este lugar, donde construyeron una pequeña Ermita que dedicaron a la Reina de Los Angeles, a semejanza de la que siglos antes, había inaugurado San Francisco de Asís (Porciúncula), donde se le apareció la Señora, rodeada de Angeles, y donde fundó la Orden de los franciscanos. 

Corria el año 1209. Tras dedicarla a Santa María de Los Angeles, obtuvo del mismo Jesucristo, la indulgencia conocida como "El Perdón de Asís, o, Indulgencia de la Porciúncula, la cual le fue aprobada por el entonces Papa Honorio III. Antes de morir, mandó a los frailes de su Orden que se extendieran por todo el mundo. 22 meses después de su muerte, la Santa Madre Iglesia lo declaró Santo. Así nació la Orden franciscana. 

La Reina de Los Angeles y Sangonera. Dos realidades unidas a través de los siglos. Esta es la gran verdad. Y aquí estamos, años después, para sostenerla, defenderla y proclamarla. Porque somos conscientes, que al defender la vinculación de Sangonera con su Patrona, estamos sosteniendo, proclamando y confirmando, lo mejor de las esencias de nuestro pueblo: Nuestra Patrona ¡Nuestra Reina de Los Angeles. 

Reina de Los Angeles
Déjame que te respire
que contigo me asombre
Si tire por donde tire
Siempre aparece tu nombre
Porque si todo en tí es grande
Es porque todo eres tú
Y tú, eres más tú que nadie.  

Invito a la buena gente del pueblo que visite nuestra Iglesia Parroquial y mire con atención a nuestra Reina en su camerin. Confieso que cuando miro a nuestra Patrona, me quedo maravillado. Considero que no existe otra imágen de tal plasticidad, en que se nos muestre tan claramente, la labor de Medianera, que María ejerce, entre Dios y su pueblo. 

Se nos representa a Nuestra Patrona, rodeada de ángeles, con El Niño Jesús en sus brazos, ofreciéndose a San Francisco de Asís, y con él, a todo el pueblo de Sangonera La Verde. ¡Que escena tan emotiva y estraordinária! La visita, si se hace, en tiempo y forma, tiene consigo la Indulgencia de la Porciúncula. 

La Reina de los Ángeles
no es obra humana
bajó de los Cielos
Un dos de Agosto
con ángeles, el Niño, San Francisco
bien cumplida la mañana. 
Reina de los Ángeles
en Sangonera venerada
cuando tengo que nombrarte
me faltan las palabras
Te iba a decir, primavera
te iba a decir, madrugada
noche, pensaba decirte, en noche de Agosto, estrellada
Te iba a decir, luz divina
por tu gente coronada
así pensaba decirte, Lucero de la mañana
que no se puede aguantar,
ese resplandor de tu cara. 

Desde mi más profundo aprecio y respeto a toda la gente de esta bendita tierra nuestra. Siempre os llevo conmigo. FELICES FIESTAS

FRANCISCO JIMENEZ
CRONISTA OFICIAL DE SANGONERA Y EL PALMAR